Padecimientos visuales
Síndrome del ojo seco
El síndrome del ojo seco es una condición en la que los ojos no producen suficientes lágrimas o las lágrimas no tienen la calidad necesaria para mantener la superficie ocular lubricada. Esto puede provocar molestias, irritación, visión borrosa y en casos severos, daño en la córnea.

Síntomas del ojo seco
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Sensación de ardor o picazón en los ojos.
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Sensación de tener arena o un cuerpo extraño en el ojo.
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Enrojecimiento ocular.
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Visión borrosa que mejora al parpadear.
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Lagrimeo excesivo como respuesta a la irritación.
Factores de riesgo del ojo seco
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Edad avanzada.
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Cambios hormonales, como en la menopausia.
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Uso prolongado de pantallas digitales.
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Uso de lentes de contacto.
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Entornos secos o con aire acondicionado.


Diagnóstico del ojo seco
El diagnóstico del síndrome de ojo seco lo realiza un oftalmólogo mediante:
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Evaluación de síntomas y antecedentes médicos.
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Pruebas para medir la producción de lágrimas (como la prueba de Schirmer).
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Evaluación de la calidad de las lágrimas y del estado de la superficie ocular.
Tratamiento del ojo seco
El tratamiento para el síndrome del ojo seco puede incluir:
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Uso de lágrimas artificiales o lubricantes oculares.
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Aplicación de compresas tibias y limpieza de los párpados.
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Medicamentos antiinflamatorios en gotas.
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Dispositivos para conservar las lágrimas (como tapones lagrimales).
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Cambios en el estilo de vida, como limitar el tiempo frente a pantallas y mejorar la humedad ambiental.

¿Cuándo acudir a un especialista?
Acude al oftalmólogo si presentas:
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Irritación o ardor persistente en los ojos.
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Sensación constante de sequedad o cuerpo extraño.
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Visión borrosa frecuente.
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Lagrimeo excesivo sin causa aparente.
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Molestias oculares que interfieren con tus actividades diarias.